Resumen de los resultados obtenidos

Describa en forma precisa y breve el tópico general del proyecto, sus metas y objetivos y los resultados alcanzados, enfatizando como el proyecto es de utilidad para la aplicación de la Ley Sobre Recuperación del Bosque Nativo y Fomento Forestal. Utilice un lenguaje apropiado para la comprensión del público no especialista en el tema. Esta información será publicada en la página web del Fondo de Investigación del Bosque Nativo
La situación de los productos forestales no madereros (PFNM) en nuestro país ha ido mostrando un notable crecimiento. Algunos productos, como los derivados de la especie boldo, llevan un notable avance científico, requisito base para la creación de un producto con mayor valor agregado. Sin embargo, se carece de información necesaria para realizar una aprovechamiento sustentable del recurso, pues éstas operaciones se realizan utilizando técnicas rudimentarias y sin conocimientos silvícolas o de manejo del recurso bosque.
Los piñones de araucaria en tanto, constituyen a un recurso ancestral de las comunidades mapuche-pehuenche de las regiones del Bío Bío y Araucanía. Este producto cumple un rol importante dentro de la economía familiar y además es un insumo importante en su dieta. El piñón fresco presenta una demanda instalada, cuya disponibilidad (oferta), se ve afectada por la producción de este fruto, la cual es cíclica. Los campesinos, venden lo colectado a comerciantes ambulantes, que vienen de diversas localidades, quienes los distribuyen en supermercados y ferias. Actualmente las amenazas de este recurso no maderero se resumen en su baja valoración en el mercado, el consumo de semillas por parte del ganado que junto a la colecta, disminuyen sustantivamente la cantidad de semillas disponibles, comprometiendo la regeneración natural de la especie. Determinar las tasas de colecta y consumo por el ganado en diferentes localidades de la zona es necesario para determinar la sustentabilidad de este recurso.
El objetivo de este estudio fue establecer formas de uso sustentable para las formaciones de boldo y araucaria. Para el caso de boldo, se prospectaron en las regiones de Valparaíso, O`higgins y Metropolitana, en las formaciones de boldo que presentaban un mayor interés para los objetivos del proyecto. Para conocer el comportamiento de los compuestos químicos a nivel foliar, y de los componentes leñosos, en función de la distribución espacial de los ensayos en cada una de las regiones, se realizaron análisis químicos y se determinaron las concentraciones de las sustancias de mayor interés. Para tener una estimación del nivel de existencias del recurso, se realizaron funciones de biomasa con las cuales se desarrollar modelos predictivos de cada uno de los componentes de biomasa con variables de fácil medición. Además, a través de ensayos, se evaluaron los montos, métodos y época mas adecuados para la cosecha de boldo.
Para el caso de araucaria, el proyecto propuso el estudio y la utilización del piñón de esta especie como producto forestal no maderero, focalizando el trabajo en establecer, los niveles de recolección de este fruto, a través del seguimiento de la regeneración y del número de semillas que permanecen en el bosque año tras año. Las 15 parcelas de monitoreo de 1200 m2, se establecieron a distintos pisos altitudinales, y con distintas calidades de sitio. Estas parcelas estaban ubicadas en sectores donde realizan cosecha de piñones. Dentro de cada una de estas parcelas se eligieron diez puntos (sub-parcelas) de una superficie de 7,07 m2, dentro de las cuales se realizó el conteo de semillas y de regeneración de araucaria. Las visitas se hicieron durante los años 2011 y 2012.

Los principales resultados respecto a las formaciones de boldo, apuntan a que en general han sido constantemente cosechadas para la extracción de hojas, presentándose como monte bajo con un alto número de vástagos de diámetros pequeños.
Los predios donde se instalaron los ensayos de cosecha muestran una gran heterogeneidad de situaciones, lo cual se reflejó en la alta variabilidad de número de árboles por hectárea con rangos de 207 y 1.363 arb/ha, y área basal acumulada entre 3,6 y 7,5 m2/ha.
La intensidad de la cosecha fue mayor en Tantehue con 70% de área basal extraída, seguido por Las Cabras y Olmué con 30% y por María Pinto con 15%, Siendo los bosques mas ralos los más exigidos para obtener volúmenes comerciales de hojas.
El componente de la biomasa con menor presencia porcentual fue el foliar, con valores entre 8,26 y 28,65% del total de biomasa. En los diferentes predios, los montos de biomasa de hojas fue de 3,4 ton/ha a 8,6 ton/ha, y a nivel de vástago, a los 5 años podrían producir 2,6 kilos de biomasa total y 280 gramos de hojas, con valores de productividad media al primer año de 500 gr de biomasa total y sólo 73 gr de biomasa de hojas.
Los compuestos fenólicos de hojas y ramas jóvenes difirieron entre hojas y ramas, siendo en las hojas donde se encontró la mayor concentración, y además vario con la localidad y la estación del año. Las hojas de boldo podrían ser una fuente de antioxidantes para la industria alimentaria, farmacopea, cosmética y enológica.
En la respuesta fisiológica, la cosecha muestra ser un tratamiento que mejoró la condición hídrica de las cepas cosechadas, manteniendo sus potenciales más cercanos a cero. El rendimiento cuántico potencial (PSII) de la fluorescencia sólo presentó diferencias significativas al mediodía sin un patrón definido, y entre los meses de evaluación presentó diferencias significativas al alba con valores menores en el mes de enero.
El crecimiento de los rebrotes inducidos por la intervención, en las diferentes localidades estudiadas presentó una alta variabilidad, presentó una tendencia que a mayor intensidad de corta la respuesta en cuanto a cantidad y velocidad de crecimiento es más explosiva en las cepas. Las implicancias de esta tendencia sobre la sustentabilidad del recurso al aplicar altas intensidades de cosecha son desconocidas, por lo que es necesario estudiar con mayor detalle la respuesta del rebrote asociada a la intensidad de la intervención, para definir estándares de extracción.
Fue posible establecer en términos genéricos recomendaciones de manejo que aseguren la sustentabilidad del recurso boldo. Se considera que la extracción parcial de vástagos es una técnica apropiada, y el período de corta debería ser al menos de 10 años, y no de 5 años como hoy se acepta. En el caso que se utilice el método de cosecha de cepa completa, esa cepa sólo podría volver a ser intervenida luego de 25 años. Además, se debería realizar una plantación suplementaria de al menos 10 plantas de boldo por hectárea, y su sobrevivencia junto con un desarrollo apropiado para la zona, sería la condición para poder volver a cosechar esa superficie.
Por otra parte, los principales resultados asociados a los bosques de A. araucana en la comuna de Lonquimay, señalan una producción potencial de semillas durante los años 2011 y 2012 corresponden a años de baja producción en comparación con temporadas anteriores en los mismos sectores. El año 2011 se produjo, en promedio, 18.946 semillas/ha, y el año 2012 un promedio de 7.699 semillas /ha, donde este último valor es uno de los más bajos registrados desde el año 2004.
El tiempo de evaluación que cubre este proyecto no alcanzó a entregar resultados concluyentes en este punto, pues se debería evaluar años de producción media y alta para poder realizar la comparación de años para todos los objetivos propuestos, y entregar resultados concluyentes, pues los resultados generados, son aplicable a años de baja producción de semilla.
La colecta de piñones y uso ganadero, serían factores que explicarían la permanencia de piñones en el bosque. Los porcentajes de permanencia de semillas, en las localidades estudiadas, son bajos y no se asegura que las semillas que quedan en el bosque prosperen.
La comparación de ambos métodos para regenerar A. araucana (dejar semillas en el piso o sembrarlas), se observa que las semillas que son sembradas presentan mayores posibilidades de emerger que aquellas que quedan en el piso sin ningún tipo de cobertura, quedando a la vista de animales y personas que estén colectando. Los datos obtenidos del porcentaje de semillas que quedan en el piso del bosque a partir de la temporada anterior y que germina, fluctúa entre 1% (Mallín del Treile y Cruzaco) y 3% (Quinquén-Ranquil).
La evaluación de la siembra, detectó que la localidad de Ranquil presenta los valores más altos de sobrevivencia de semillas, con una media de 46,7% para los tres meses de siembra, mientras que los valores más bajos lo presentan las localidades de Cruzaco y Mallín del Treile con un 33,3% y un 18% respectivamente.
El análisis de conos maduros los años 2012 y 2013 señaló la existencia de diferencias estadísticamente significativas en la cantidad de piñones encontrados por cono femenino, siendo mayor la cantidad de semillas encontradas el año 2012, con 149,8 semillas/cono en comparación al año 2013, con 116,6 semillas/cono. Luego, un año de mala producción de conos (2012), presentó un mayor número de piñones por cono, pero no es mayor el peso de las semillas en comparación a un año de buena producción de conos (2013).
Finalmente, no fue posible determinar un nivel de consumo de piñones óptimo, con dos años de monitoreo. Esto habría sido posible si dentro del período de investigación hubiera tenido una mayor dispersión de registros de producción de conos, puesto que en este estudio, por azar, correspondió a años de baja producción de conos, lo que no permite inferir lo que ocurre en años de alta producción. Sin embargo, se puede sugerir que la mejor forma de asegurar la regeneración sexual de esta especie, es que su semilla sea sembrada de preferencia en zonas con cobertura, pues de acuerdo a observaciones en terreno, aquellas semillas que eran sembradas en zonas desnudas, éstas se deshidrataban de manera más acelerada que aquellas que se sembraban con algún grado de cobertura. Por lo tanto, la sustentabilidad se podría garantizar estableciendo cuotas de siembra directa, para ello se requiere comprometer un nivel de siembra, de al menos 400 semillas por hectárea (un poco más de un kilo de piñones), en las zonas donde se combina la recolección y el uso ganadero de los bosques.